A la Sociedad

  • Que sean aceptadas como personas. Lo primero y esencial: son personas. Después, tienen alguna diferencia respecto a los demás: tienen el síndrome de Down. No les pongamos etiquetas. La diversidad es un valor inherente a la condición humana.
  • Que sean aceptadas como una persona más en los ámbitos normalizados de la sociedad: familia, escuela, trabajo, cultura, ocio… En definitiva, son ciudadanos y ciudadanas con derecho a desenvolverse en la vida, donde los derechos humanos, la igualdad de oportunidades y la inclusión social rigen para todos.
  • Para mencionar a estas personas, el vocabulario más adecuado es, personas con síndrome de Down. Se deben eliminar términos ya obsoletos como “afectados”, “enfermos” (no van al médico para curarse del síndrome de Down), minusválidos, deficientes, etc. El mismo término “discapacitados” no es adecuado: tener una discapacidad física, intelectual, sensorial, etc. es un aspecto de la persona, pero no por ello toda la persona está discapacitada.

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